martes, 7 de febrero de 2012

DESCUBRE TU TIPO DE PIEL Y APRENDE A CUIDARLA


Para conseguir un cutis fantástico, lo primero que tenemos que hacer es saber qué piel nos  cubre. Cada  piel es singular, y conocerla es nuestro reto.
Aunque no haya dos pieles iguales,  los expertos suelen establecer cinco tipos generales de piel, por lo tanto debemos tener bien claro en qué grupo nos encontramos, para esto pon atención a estos consejos.
Si la textura de tu piel es regular, no tienes rojeces ni imperfecciones y estás poco acostumbrada a los granos y puntos negros, tienes una piel normal o equilibrada. La tuya es una de esas pieles agradecidas. Pero ¡ojo! eso no te libra de cuidarla si quieres conservar su perfección. Tus aliados diarios van a ser un buen limpiador facial y una crema hidratante ligera.
Si tu piel presenta brillos, especialmente en la zona T, y al pasarte un algodoncito con lacara  seca no sale limpio, es que tienes una piel grasa. Tendrás más propensión a tener granitos, poros abiertos y puntos negros. Muchas personas de cutis graso se quejan de que por mucho que se laven la cara, no se deshacen de ese aspecto brillante. Si te pasa eso es que todavía no has encontrado a tu aliado, sin embargo, existen geles limpiadores especiales  para pieles grasas y con tendencia al acné que te ayudaran mucho.
Si, por el contrario, tu piel es lo opuesto a una piel grasa y la notas  reseca, rígida y con tendencia a escamarse (sobre todo después de la ducha) es que tienes una piel seca. Debes prescindir totalmente del jabón, existen los llamados “jabones sin jabón” o “Syndet”, que protegen tu piel y ayudan a hidratarla, consulta a tu dermatólogo o en farmacias.
El siguiente tipo de piel es un poco más complicada. Si tu rostro presenta brillos y notas un exceso de sebo en la zona T, pero por lo contrario, tiende a resecarse o mostrarse sensible en la zona de las mejillas o el cuello, es que tienes una piel mixta. Las pieles mixtas no son fáciles de dominar. Nuestra recomendación es que recurras a los productos específicamente diseñados para pieles mixtas o bien que vayas encontrando tu propio equilibrio.
Todas las pieles que hemos visto hasta el momento son, lógicamente, sensibles. Sin embargo llamamos “piel sensible” a las que tienen un grado de sensibilidad más alta. Si tu piel tiene tendencia a enrojecerse, a irritarse, a resecarse, si sientes escozor o picor con facilidad… entonces tienes una piel sensible. En este tipo de pieles el cuidado diario es clave. Vigila con los productos que uses. El jabón, por ejemplo, acostumbra a tener un pH alto y, por lo tanto, suele ser demasiado ácido para las pieles sensibles, así que intenta buscar otro tipo menos agresivo.
Ahora cuida tu piel siempre. Recuerda que todo esto solo lo encontraras en  Lo que ellas dicen.

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