martes, 31 de enero de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA AROMATERAPIA EN EL HOGAR


Un olor vale más que mil palabras. Cada espacio de la casa es apto para tener un aroma característico, produciendo diferentes efectos tanto en la mente como en el cuerpo. Deja que tu hogar  dé la bienvenida a sus invitados con refrescantes olores que además de ser placenteros, le darán personalidad al lugar. Si se trata de ir más allá y de fusionar el diseño interior con la aromaterapia, los olores y los colores se relacionan de manera especial para tener un potente efecto en los espacios y las personas. Poner una vela o esparcir ambientador no es suficiente si quieres hacer de tu casa un sitio cálido, tranquilo y especial.

¿Cuáles son los beneficios de una fragancia duradera? ¿Para qué sirve la aromaterapia en una casa? ¿Es realmente necesaria? Pues claro que si, La aromaterapia consiste en el uso de los aceites esenciales para favorecer el bienestar y preservar la salud a nivel global.  La inhalación de aromas tiene efectos terapéuticos. Estimulan el organismo de manera positiva o negativa de acuerdo a su regularidad, situación y espacio, una de las razones por las que muchas personas lo utilizan en tratamientos curativos para dolencias físicas, tanto externa como internamente.
La nariz y su capacidad olfativa es la zona del cuerpo que permite que el sistema nervioso se relacione con el mundo exterior.
 Cada vez que olemos algo, no solo tenemos una respuesta mental sino emocional, de ahí que colabore en las funciones de relajación del cuerpo y espíritu.
  Los olores evocan en nuestra memoria eventos pasados, nos refieren a lugares y nos recuerdan eventos agradables. Están asociados con eventos de todo tipo gracias a la unión con el sistema límbico y éste, al mismo tiempo, con el área emocional del cerebro.
v  Los aceites esenciales en recipientes, las velas y popurrís son los más prácticos para poner en diferentes sitios de la casa. Los primeros son los que mejor transmiten de manera directa los poderes naturales de las plantas al ser más concentrados, además de durar mucho más si se saben regular.

 
v  Cambia de olor cada quince días. Cuando realices el cambio, introdúcelo de manera suave y paulatinamente, nunca de forma directa. Deja que el espacio dure por lo menos un día sin ningún tipo de aromatizante, se neutralice el ambiente y poco a poco vas llevando el nuevo aroma, con poquísimas dosis y una sola vez al día. Deja descansar a tu nariz para que asimile positivamente nuevas fragancias. Tu cerebro evoca y produce satisfacción cuando tienes aromas nuevos a tu disposición.


v   Para baños y Dormitorios: Olores suaves y herbales, como el eucalipto, lavanda, jazmín, manzanilla y rosa. Estos olores tienen en la vista propiedades calmantes, relajantes, incitan el descanso y propician el sueño. En la tina y solo para baños prolongados y con minerales, elige las esencias de canela y chocolate.

v   Cocina: Eucaliptos (estimulante y antiséptico), naranja y limón. Corta los fuertes y malos olores de algunas comidas y la grasa. Su sensación cítrica refresca el ambiente y reanima. Si tomas tus alimentos en la cocina, el olor a naranja colabora con el proceso digestivo.

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